PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN
CREACIÓN DEL BARRIO
La Carbonilla se extiende entre las calles Trelles y Añasco, del barrio Paternal de la Ciudad de Buenos Aires. Su formación data, aproximadamente, del año 1998 y su nombre se relaciona con un depósito de carbón ubicado en el lugar.
Todas las viviendas están localizadas al costado de lo que eran las vías del Ferrocarril General San Martín, donde hoy se está elevando el Viaducto San Martín, a una distancia de aproximadamente 3 o 4 metros. Durante el año 2010 se colocó un alambrado que separaba las viviendas del paso del tren, lo cual limitaba la posibilidad de accidentes que solía haber en forma casi permanente, en especial de niños.
En cuanto a los servicios, recién en 2010 y luego de once años de habitar el lugar, los vecinos lograron acceder a algunos por vías no formales. El agua se traía en bidones desde alguna canilla pública más o menos cercana y algunos habitantes conectaron una manguera general que acercaba el agua hasta la entrada de las viviendas sin conexión con el interior.
Los vecinos accedían a la electricidad a través de la provisión que brindaba algún vecino, pero pagando un costo mensual por ello. En cuanto a la calefacción, se obtenía por gas de garrafa y, en el baño, algunos habitantes tenían pozo luego de ocho u once años de habitar el sitio y otros no poseían ningún tipo de baño y utilizaban tarros viejos cuyo contenido se arrojaba en lugares próximos a la vivienda
Sólo con el trabajo y el esfuerzo de ellos mismos, los vecinos lograron hacer con los pocos recursos que tenían, obras comunitarias para tener agua corriente, red de energía eléctrica, y red cloacal.
El barrio posee espacios y vías públicas bien conservadas, buenas edificaciones, una densidad constructiva y poblacional no muy elevada, cercanía y apertura a vías públicas y calles reconocidas formalmente. Sus condiciones son muy favorables para una re-urbanización con muy bajo costo y sin una alta complejidad.
Actualmente el barrio La Carbonilla es hogar de más de 6000 familias que luchan constantemente por ser escuchadas por las autoridades del Gobierno de la Ciudad. Muchos de los vecinos que pudieron construirse una vivienda propia con esfuerzo y dedicación, hoy siguen luchando por acceder a un derecho humano fundamental: agua potable en calidad y cantidad.